Tláhuac, ubicada en la Ciudad de México (CDMX), emerge como uno de los espacios culturales más notables de la metrópoli. Sus arraigadas tradiciones han dado forma a la identidad histórica de generaciones a lo largo de los años, manifestándose en diversos festejos que celebran el folclore de esta antigua delegación. Sus pueblos, inmersos en un escenario de conexiones acuáticas, conservan un legado invaluable.
Según el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (INAFED), el significado de "Tláhuac" es objeto de varias interpretaciones. Antonio Peñafiel Berruecos, experto en lenguas prehispánicas, explica que proviene de "Cuitlatl" y "ahuautl", que se traduce como "que nace en las piedras de los lagos". También se relaciona con "Cuitláhuac", que significa "canta el dueño del agua o el señor soberano del agua". Esta asociación con el agua se origina en su ubicación en la cuenca de Anáhuac, conectando importantes lagos como el de Chalco y Xochimilco a través de un sistema de canales en chinampas.
Fundada en 1222 d.C. por los chichimecas, Tláhuac sobrevivió a inundaciones gracias a su sistema de chinampas, que impulsó la estabilidad económica y gastronómica. A lo largo de su historia, experimentó invasiones, la construcción de la Calzada de Tláhuac bajo Moctezuma Ilhuicamina y la influencia colonial, que transformó sus tradiciones originales en la era post-conquista. Finalmente, después de la Revolución Mexicana, Tláhuac obtuvo su autonomía y se constituyó oficialmente como una delegación, marcando su identidad como una región diversa y culturalmente rica en la CDMX.