Canadá apartó este viernes a su seleccionadora de fútbol femenino, Bev Priestman, del resto de los Juegos Olímpicos de París tras descubrirse nuevas pruebas de espionaje con dron a un equipo rival. Esta medida se suma a la decisión de enviar de vuelta al país a la auxiliar del equipo Jasmine Mander y al analista Joey Lombardi, quienes fueron acusados de utilizar un dron para filmar un entrenamiento del equipo de Nueva Zelanda, rival de Canadá en la fase de grupos.
El incidente con el dron llevó a la detención de Lombardi por parte de la policía francesa, quien posteriormente recibió una sentencia de ocho meses de prisión, aunque quedó en suspenso. Este caso está ahora bajo investigación de la FIFA, lo que añade una capa de seriedad a la situación.
Kevin Blue, director ejecutivo de la federación canadiense de fútbol, comentó: "En las últimas 24 horas, obtuvimos información adicional respecto al uso de dron contra oponentes previo a los Juegos". Esta declaración subraya la gravedad del incidente y la determinación de la federación de abordar la situación con transparencia.
La noticia ha causado conmoción en el mundo del deporte, destacando la necesidad de mantener la ética y la integridad en las competiciones internacionales. La suspensión de Priestman podría tener un impacto significativo en el rendimiento del equipo canadiense, que actualmente es el vigente campeón olímpico.