Jueves, 19 de Diciembre, 2025

Violencia en Chilpancingo: asesinato del alcalde Alejandro Arcos Catalán


  • 07 de October del 2024
Violencia en Chilpancingo: asesinato del alcalde Alejandro Arcos Catalán

El presidente municipal de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, fue brutalmente asesinado


Descubrimiento de los restos

El reporte del hallazgo se dio a conocer cerca de las 17:00 horas. Según informaron las autoridades, la cabeza del alcalde fue encontrada sobre el toldo de una camioneta en la esquina de las calles Moctezuma y el andador uno de la colonia. La escena fue impactante, confirmando la creciente ola de violencia que azota a la región.

Toma de protesta reciente

Apenas el pasado 30 de septiembre, Alejandro Arcos Catalán, del PRD, había rendido protesta como nuevo presidente municipal de Chilpancingo, como parte de la coalición entre PAN-PRI-PRD. Su asesinato ocurre en un contexto de alta inseguridad, lo que ha generado preocupación no solo en Guerrero, sino en todo el país, ante la vulnerabilidad de los funcionarios públicos.

Asesinato del secretario del ayuntamiento

Este homicidio no es un hecho aislado. Tan solo el 3 de octubre, el secretario del Ayuntamiento de Chilpancingo, Francisco Gonzalo Tapia Gutiérrez, fue asesinado a balazos en el centro de la ciudad. La muerte de dos figuras clave en la administración municipal en menos de una semana revela la grave situación de inseguridad que prevalece en la región.

Impacto en la política local

Estos asesinatos ponen de manifiesto la creciente violencia política en Guerrero, un estado donde el crimen organizado y las disputas entre grupos armados siguen afectando la estabilidad. La muerte de Alejandro Arcos Catalán no solo deja un vacío en la administración municipal, sino que también envía un mensaje de temor a otros líderes políticos que enfrentan amenazas constantes.

Llamado a la justicia

Organizaciones políticas y ciudadanos han exigido que se haga justicia y que las autoridades federales intervengan para detener esta ola de asesinatos. La incertidumbre crece en Chilpancingo, donde la violencia parece no dar tregua a los funcionarios públicos ni a los habitantes, quienes viven bajo una constante amenaza.